Agile Mindset: 3 Capas de Inspección
jmcalvoAGILE MINDSET: 3 CAPAS DE INSPECCIÓN
Ya hemos insistido en algún artículo anterior en la importancia de configurar una mentalidad, tanto individual como colectiva, coherente con las formas de trabajar «Agile», si estamos pensando en introducir marcos de trabajo o metodologías ágiles.
En esta línea, hay dos pilares que resultan esenciales en la manera de pensar ágil: inspección y adaptación.
Adaptación hace referencia a una aproximación empírica al entorno cambiante para recabar información, detectar posibles desviaciones y realizar los ajustes necesarios, con el fin de maximizar la entrega de valor.
Para ello resulta clave la inspección, en forma de chequeo frecuente, del equipo. Este chequeo no sólo ha de enfocar en el contexto y los resultados del proyecto, sino también en la manera en la que el equipo trabaja y si se cumplen las «reglas del juego» (valores como la colaboración, confianza, transparencia…) que se han establecido para el marco de trabajo. Posiblemente en este aspecto es en el que el componente humano puede ejercer mayor influencia, por lo que resulta útil observar 3 dimensiones: intra-personal, inter-personal y sistémica.
Intra-personal
Metidos de lleno en el alboroto de nuestra día a día, distraídos por constantes señuelos y aturdidos por el imparable “ruido”, resulta muy complicado centrar la atención en lo importante y adaptarnos al entorno de elevada incertidumbre con el que convivimos todos. El contexto actual volátil, incierto complejo y ambiguo (VUCA), ha evolucionado de tal modo que ha creado un mundo acelerado, que deja poco espacio a la conexión con nosotros mismos.
Nuestra mente es inquieta por naturaleza y, aderezada por este alboroto, la mayoría de las personas empleamos casi la mitad del tiempo que pasamos despiertos, en pensamientos que nada tienen que ver con lo que estamos haciendo en esos momentos (Según el estudio de Harvard publicado en la revista Science: «A wandering mind is an unhappy mind» ) . Esta forma de divagación mental, en la que nos vemos avocados a vivir en un estado distraído que nos impide ver la realidad de forma objetiva y empatizar con nosotros mismos, es lo que denomino “Secuestro Velado”.
Necesitamos reeducar nuestra mente para evitar caer en la tentación de vivir en esta especie de estado hipnótico, en el que nos movemos por la vida como si estuviéramos en modo “Piloto automático”.
Conceptos como el de mentalidad de crecimiento o el entrenamiento en Mindfulness, nos permiten crear un espacio de discernimiento, desactivando nuestras reacciones automáticas. Suponen un fabuloso catalizador para estabilizar nuestra mente y la toma de decisiones consciente.
Inter-personal
Todos contamos con patrones automáticos de comportamiento y comunicación que hemos ido configurando de forma inconsciente a lo largo de nuestra trayectoria vital.
Tal y como comentan Eduard Punset y John Barg en el video que acompaña este artículo, siempre hemos pensado que el inconsciente se encargaba de las cosas pequeñas (cierro los ojos si me enfocan con una luz). En el caso de que tuviéramos que tomar una gran decisión, eso era el resultado de una actitud consciente. Pero ahora sabemos que no es así, que nuestro inconsciente entra en juego e influye en las decisiones más complejas, incluso en aquellas creemos estar tomando de forma consciente.
El inconsciente sería algo así como un amable acompañante que se encarga de ayudarnos a entender el mundo que nos rodea ,tomar decisiones y crear una guía de comportamiento que seguimos sin darnos cuenta.
Eduardo Punset discute con el psicólogo John Bargh sobre el nuevo inconsciente
Tomar consciencia de estos patrones automáticos de comportamiento, tanto en nosotros mismos como en el resto de miembros del equipo, e introducir algunas pautas para adaptarnos unos a otros, resulta clave para romper barreras relacionales y favorecer un clima de confianza.
Herramientas como el análisis del comportamiento DISC, nos ayudan a interactuar de forma efectiva y establecer sintonía con diferentes perfiles personales (influencia interpersonal).
Sistémica
Una de las acepciones de la RAE para el término «Sistema» hace referencia a: conjunto de cosas que, relacionadas entre sí ordenadamente, contribuyen a determinado objeto.
Un equipo de trabajo es un sistema, en el sentido de que se trata de un conjuntos de personas relacionadas entre sí, con un objetivo común, que da lugar a una entidad más compleja que realiza funciones diferentes de las de cada una de las partes por separado. Esta identidad colectiva cuenta con su propia personalidad que es generada por todos los miembros del equipo y al mismo tiempo los influye, estableciéndose un juego recíproco de influencias.
Se establece por tanto una identidad colectiva con sus propias leyes y marcos de referencia: estados de ánimo colectivos, creencias colectivas, rituales, ceremonias…. Observar estos marcos de referencia colectivos, y actuar sobre ellos influyendo en cómo piensa, siente y se comporta el equipo, nos permite avanzar bajo la premisa “Si el equipo crece, las personas crecen”.
El pensamiento sistémico, nos permite observar al equipo desde una «mirada colectiva», identificando aquello que el equipo necesita para actuar como quiere actuar.
Autor
Bibliografía y Referencias
- Calvo Cobo, José Manuel (2017). Mindfulness: el arte de controlar tu mente. Alienta Editorial.
- Peñalver, Ovidio (2009). Emociones Colectivas: La Inteligencia Emocional de los Equipos. Alienta Editorial.
- Gilbert, Matthew A. Killingsworth and Daniel T. (2010). A wandering mind is an unhappy mind. Science, 330, 932.
- Foto de portada de Elena Taranenko en Unsplash
